miércoles, 22 de febrero de 2012

JUSTIFICADOS






Dios les continúe bendiciendo, amado Remanente. Este es su hermano y amigo Jhoel Amir. Es un gozo poderles compartir La Palabra de Dios, en esta semana. 


Continuando, lo que inicié a compartirles, la semana pasada, sobre lo que he llamado: PASOS DEL DESARROLLO DEL CREYENTE, regresemos a nuestro texto:

JUSTIFICADOS

Romanos 8:30  Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

En este texto, vemos los siguientes pasos: 

·         Predestinado
·         Llamado
·         Justificado
·         Glorificado

Continuaremos viendo, hoy, el tercero: “Justificado”. La raíz de este término, tiene la palabra justicia y nos da la idea de un juicio, que es donde, por lo general, se determina la justicia. Tenemos, entonces: 

-          A un Juez justo: Dios
-          A un Acusado: Tu y yo
-          Y una Acusación: lo que la Biblia llama el “Acta de Decretos”, que no es más que todas las violaciones a las leyes de Dios que hemos cometido, es decir, nuestros pecados.

En un juicio, como el que te acabo de describir, ni el más hábil abogado nos podría salvar de una condena perpetúa, separados de Dios, para siempre, en el infierno.
Es aquí donde entra la justificación, siendo la justificación: la absolución legal y formal de toda culpa por parte de Dios como Juez, siendo el pecador (el acusado)  pronunciado justo al creer en el Señor Jesucristo. Oh, gloria a Dios!

Es por eso que el apóstol podía decir, con toda certeza y seguridad, lo que hoy te digo RAMANENTE: Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” (Romanos 8:1)

Si has aceptado a Jesús, como Señor y Salvador, ERES JUSTIFICADO, NO HAY CONDENACIÓN PARA TI.

Si no has aceptado a Jesús como tu Señor y Salvador, QUE ESPERAS PARA HACERLO?

Por Jhoel Amir

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