Cuenta la Biblia que en una ocasión a un hombre se le encomendó conquistar un lugar muy grande y peligroso y repartirlo a un pueblo muy especial.
"Esfuérzate y sé valiente; porque tu repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos".
Josué 1:6
A lo largo de mi vida he podido ver, conocer y experimentar esta maravillosa característica de Dios, Él es un Dios de Victorias y no porque se encuentre constantemente en batallas (uff no hay nadie que pueda igualarse a Él), sino porque le ha entregado la victoria a sus hijos. Aún no he conocido que haya perdido alguna batalla. Es impresionante leer en la Biblia como dirigía a grandes hombres de Dios quienes obtenían tremendas victorias en situaciones en las que al parecer y por las circunstancias adversas debieron ser derrotados.
Lo mejor del caso es que nosotros podemos vivir "en Victoria". Nuestra condición humana para nada es parecida a la gloriosa condición de Dios, pero la garantía que tenemos al caminar diariamente pegaditos a nuestro padre celestial es vivir vidas "victoriosas". Para nada estaremos exentos a situaciones adversas, luchas y batallas, al contrario todas éstas son necesarias para que podamos decir con mucha propiedad y también humildad "He tenido mil luchas y un montón de batallas, pero el Dios en quien confió me ha dado la victoria".
Asombrosamente la mayoría de estos hombres o mujeres en la Biblia recibían o escuchaban estas palabras de Dios cuando tenían que enfrentar algo difícil: esfuérzate, recobra el ánimo, ten fe, confía, no temas, etc. Observa lo que Dios le dijo a Josué:
"Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas"
Josué 1:9
Lo mismos te dice el Señor hoy. No temas mi hermano, confía mi amiga. Probablemente tu batalla es enorme, pero que crees?? Tienes al Dios Victorioso de tu lado.
El Señor te ama y yo también.
Yordanka Arrocha
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