martes, 18 de octubre de 2011

Sigue las señales y busca Su Guía



Buen día amado remanente, Dios te bendiga.

Una vez fui a Chicago, en viaje de trabajo y me hospedé en el piso 25 del hotel, en el centro de la ciudad. Al mirar por la ventana, los autos se veían como en un laberinto, iban en 4 carriles en direcciones opuestas. A un conductor se le presentó un problema con su auto y el auto se detuvo en medio del intenso tránsito. Desde la ventana donde estaba, podía ver cuadras enteras. Observe que varios conductores desviaban para el carril donde estaba el carro parado, sin saber lo que les esperaba. Pensando que estaban ganando tiempo, estos conductores estaban pasándose a un sendero que les ocasionaría un retraso mayor.

Al andar por el camino de la vida hacemos cosas muy parecidas a las que hicieron esos conductores mal orientados. Con nuestra limitada visión, seleccionamos la ruta que parece mejor.. Y más tarde descubrimos que el avance temporario nos ha llevado a un camino lleno de dilataciones y dolores de cabeza.  Que tranquilidad saber que también podemos mirar a aquel que está por encima de todo! que lo sabe todo de principio a fin.

Dice Proverbios 3:1-6

"Hijo mío, no te olvides de mí ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de Días y años de vida y paz te aumentaran. Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón; y hallaras gracias y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres. Fíate en Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y el enderezara tus veredas."

Cuando Dios coloca una señal y dice pare!!, cambia de carril o espera, debemos obedecer con gusto. Busca la guía que proviene de lo alto. La mejor manera de conocer la voluntad de Dios es buscarla voluntariamente, Dios te bendiga.

Por James Tomás Aparicio.

lunes, 17 de octubre de 2011

"Que la costumbre no nos quite el encanto"

Hola Remanente, abran bien sus brazos para que reciban un caluroso abrazo y la palabrita de hoy.

Lam.3: 22-23
"El fiel amor del Señor nunca se acaba! Sus misericordias jamás terminan.
Grande es su fidelidad; sus misericordias son nuevas cada mañana."


Pensemos un poquito en esto, estamos tan acostumbrados a levantarnos todos los días, abrir los ojos, respirar, hablar, comer, caminar, etc. que en ocasiones olvidamos que  poder hacer estas cosas ya es algo maravilloso.


Un día de esta semana hablaba con Dios al respecto y le preguntaba sobre las cosas grandes que me ha prometido y que aun no he visto (Pero sé que en el momento correcto llegarán). Mientras conversaba con Dios al respecto, Èl habló a mi corazón, me recordó las cosas maravillosas que hace todos los días conmigo y como me muestra sus misericordias constantemente. Me sentí tan agradecida con Dios por todas sus bondades.


Remanente algunas veces estamos tan acostumbrados a que las cosas salgan adelante en nuestro diario vivir que olvidamos la intervención de Dios y seguimos pidiendo sin darnos cuenta de lo bendecid@s que somos.


Nos ocurre que la costumbre nos va quitando el asombro y el encanto de lo que hacemos y/o tenemos.


Agradece a Dios por todas las cosas. Todo lo que Dios hace en ti es especial! También procura llevar adelante tu vida de la misma forma. No te canses de tu espos@ (Has tu parte y sorpréndelo/a con algo diferente hoy), anímate y realiza tu trabajo con empeño, agradece a Dios por tu hogar. Ponle un poquito más de sazón a tu vida. Que la costumbre no te robe el encanto.

El Señor te ama y yo también.

Por Yordanka Arrocha.

domingo, 9 de octubre de 2011

Conectados o Desconectados



Te ha ocurrido alguna vez que te sientes tan agotado/a por las muchas actividades, compromisos y trabajo que te quedas dormido en el primer lugar en el que te sientas al llegar a casa?


Nuestro cuerpo, creado por un Dios tan sabio, identifica aquellos momentos en los que sencillamente necesita desconectarse, descansar para recargar fuerzas y poder seguir con las labores diarias.


En Juan 15, la Biblia habla sobre las ramas de una vid y expone la necesidad de que éstas  permanezcan unidas al árbol para que lleven frutos y se mantengan vivas.


Le ocurre los mismos a nuestra Alma, necesitamos estar conectados al Señor para recibir la fuerza diaria que nos permite enfrentar desafíos, dificultades, problemas y sobre todo dar buenos frutos. Con nuestras fuerzas y sin estar conectados al Padre no logramos salir adelante, podemos intentarlo, pero al final del día nos sentimos vacíos, agotados, absorbidos, sin fuerzas y con el tanque de esperanza "vacío".


De suma importancia es que  permanezcamos pegados al Señor todos los días, que oremos en todo momento pidiendo dirección para tomar cada decisión, entregándole lo que nos abruma diariamente y avanzar con las fuerzas que el sabe dar. Conectados con Él para identificar su voz y hacer su voluntad.

Juan 15:5 dice:
Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada.


Mantente conectado Remanente. El Señor te ama y yo también.

Por Yordanka Arrocha