domingo, 9 de octubre de 2011

Conectados o Desconectados



Te ha ocurrido alguna vez que te sientes tan agotado/a por las muchas actividades, compromisos y trabajo que te quedas dormido en el primer lugar en el que te sientas al llegar a casa?


Nuestro cuerpo, creado por un Dios tan sabio, identifica aquellos momentos en los que sencillamente necesita desconectarse, descansar para recargar fuerzas y poder seguir con las labores diarias.


En Juan 15, la Biblia habla sobre las ramas de una vid y expone la necesidad de que éstas  permanezcan unidas al árbol para que lleven frutos y se mantengan vivas.


Le ocurre los mismos a nuestra Alma, necesitamos estar conectados al Señor para recibir la fuerza diaria que nos permite enfrentar desafíos, dificultades, problemas y sobre todo dar buenos frutos. Con nuestras fuerzas y sin estar conectados al Padre no logramos salir adelante, podemos intentarlo, pero al final del día nos sentimos vacíos, agotados, absorbidos, sin fuerzas y con el tanque de esperanza "vacío".


De suma importancia es que  permanezcamos pegados al Señor todos los días, que oremos en todo momento pidiendo dirección para tomar cada decisión, entregándole lo que nos abruma diariamente y avanzar con las fuerzas que el sabe dar. Conectados con Él para identificar su voz y hacer su voluntad.

Juan 15:5 dice:
Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada.


Mantente conectado Remanente. El Señor te ama y yo también.

Por Yordanka Arrocha

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