domingo, 20 de febrero de 2011

TU GOZO SEA CUMPLIDO Y SE CONVIERTA EN FUERZAS


Apreciados amigos y amigas del Remanente Escogido es un gran privilegio recordarles que…


“Este es el día que hizo Jehová Nos gozaremos y alegraremos en él.”
Salmos 118:24


Todos los días enfrentamos  nuevos retos  y situaciones que  varían en su grado de dificultad. No es nada del otro mundo que hayan momentos en los que pienses que es mejor abandonar lo que estás haciendo, desistir y dejar de cumplir la misión que Dios te ha dado en  tu familia, trabajo, escuela, iglesia, etc. El punto es que a pesar de lo que ocurra puedes someter tus emociones y pensamientos a la verdad de la palabra y experimentar nuevamente “El gozo dado por el Señor” y este mismo gozo se convierta en FUERZA en las diferentes estaciones de tu vida.


Por este motivo debemos trabajar conscientemente en la preservación de nuestro gozo. La Biblia dice:

...No estén tristes, pues el gozo del Señor es nuestra fortaleza…
Nehemías 8:10


La preservación de nuestro gozo en Dios requiere trabajo. Muchas personas pierden el brillo porque han olvidado venir a la fuente de renovación, El mismo Dios, para recibir gozo diariamente y ser  sostenidos por el Señor  a lo largo de sus vidas. Mantenerlo es una lucha constante, ya que nuestro adversario anda como león rugiente buscando incansablemente capturar el gozo que produce y procede de la Gloria de Dios.

Y he aquí las palabras claves “Procede de la Gloria de Dios”


Debes vivir pegado a  Dios para recibir el gozo procedente de caminar a su lado, escucharlo y buscar de su presencia incansable y desesperadamente. Lograrás mantener el gozo porque El Espíritu Santo te ha dado el escudo de la  FE, la espada que es la Palabra de Dios y la oración para defender, mantener y desatar tu gozo.

Es mi oración que en medio de tu circunstancia experimentes el gozo profundo y verdadero que sólo nuestro Dios sabe dar y este se convierta en tus fuerzas.

No olvides que el Señor te ama y yo también.

Yordanka Arrocha

1 comentario:

  1. Amen, a la Palabra. Nuestro Dios es una fuente inagotable de fortaleza. De Él recibimos las fuerzas para avanzar y proseguir hacia la meta.

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