viernes, 4 de noviembre de 2011

El nuevo y el viejo hombre

Buenos días queridos hermanos hoy gracias a nuestro Señor me corresponde la reflexión del día:

El nuevo y el viejo hombre

Porque lo que hago, no lo entiendo; porque no practico lo que quiero hacer, sino lo que aborrezco, eso hago... Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado.
 Leer Romanos 7:15-25

Cuando aceptamos a Jesús como nuestro salvador, nos dotó todas las herramientas que necesitamos para vencer al pecado: su sangre preciosa, llenó tu corazón de amor, su Espíritu Santo para darte una nueva manera de pensar y una conciencia renovada de la presencia de Dios, además de la promesa de que algún día tu fe recibirá como recompensa un boleto de ida al paraíso.
Pero tenemos que estar alerta con el que anda rondando por ahí. Puede que tu corazón esté ya en el cielo, pero Dios te ha dejado tus pies sobre la tierra, donde la persona que solías ser, todavía opina sobre tus decisiones y te recuerda lo divertido que era antes.

No te sorprendas por sentir una batalla en tu corazón. Podrás sentirte desgarrado, dividido, tentado, entre Dios, a quien realmente amas y las tentaciones que saben como manipularte. Tienes que estar preparado pues todos tenemos puntos débiles. Ya Dios te dio la victoria sobre todo eso, sólo haz tuyas las promesas y no te sueltes de la mano de Dios.  Él te lleva en sus brazos aunque en ocasiones sientas que no.


"Esto es una guerra y tu te encuentras en el medio.  Elegir el bando será una batalla diaria".

Dios te Bendiga Remanente.

Por Luis Barona

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