Como cristianos, lo más importante que debemos aprender de Dios es cómo trabaja su fe, y lo tan profundo que es su amor hacia nosotros sus hijos. Deseo compartir sobre las emociones y como deben manejarse cuando se trata de vivir por la fe de Dios.
Primero, permíteme resaltar que las emociones son buenas, agradables y divertidas; ellas le dan color a la vida. Dios creo las emociones y las creo para nosotros. Ahora bien, necesitamos entender que las emociones tienen su propósito, lugar y tiempo. Cuando se trata de vivir por la Fe de Dios, es importante entender y recordar que las emociones, por más buenas que sean, satanás las utiliza para hacernos dudar, claudicar, titubear y por ende, perder el enfoque de fe, y de esta manera el objetivo. Dios, por fe, apela a nuestro sentido de convicción; satanás recurre a las circunstancias, manipulando nuestros cinco sentidos y así, como títeres, nos controla por nuestras emociones. Hoy por hoy hay mucho emocionalismo en las iglesias cristianas y eso esta creando una generación de creyentes que sutílmente comienzan a crear y creer una fe o doctrina de sentimientos. Por ejemplo, creemos que hay que sentir a Dios para tener una experiencia con Él, en otras palabras, sino sentimos a Dios entonces Dios no se manifestó.
Recuerda, Dios es soberano y nadie puede manipular su presencia. Cierto es que Dios siempre está presente, pero lo creemos y lo sabemos por convicción de fe y no por lo que se sienta.
Emoción significa: movimiento, impulso, moverse. La emoción es un fuerte sentimiento, como lo son tanto el amor sensual y natural, como lo es el miedo. Los sentimientos involucran cambios fisiológicos en preparación a una acción. También involucran un estado de agitación y perturbación. Las emociones también son la parte del consciente que involucran los cinco sentidos. Dios nos dio las emociones como sensores que le dan color y perspicacia a nuestras vidas. Las emociones le dan más sabor a la vida.
Ejemplos de actividades que apelan a nuestras emociones: una buena película, una buena noticia, un carro nuevo, una casa nueva, la adquisición de una buena cantidad de dinero, una boda, un nacimiento, una graduación o el mejor sentimiento, cuando somos tocados por el Espíritu Santo.
Existen emociones positivas al igual que emociones negativas. Las emociones pueden ser buenas, como pueden ser malas; en otras palabras, todo depende del manejo personal del individuo. Si la persona no ejercita inteligencia emocional, entonces toma el riesgo de adoptar decisiones impulsivas, inmediatas y desmedidas, comprometiendo los proyectos que requieren fe, consistencia, enfoque y perseverancia.
2 de Corintios 4:18 dice:
"No mirando las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas."
Dicho de otra manera, no dejándose llevar por las emociones, sino por lo que no se ve (LA FE De DIOS) porque lo que se ve (problemas, circunstancias, situaciones) es temporal, pero lo que no se ve ( la fidelidad de Dios, la veracidad de sus promesas) es eterno.
Santiago 1:8 dice:
"el hombre de doble animo es inconstante en todos sus caminos."
Remanente, no seamos cristianos de doble ánimo; en otras palabras, no seamos cristianos emotivos (que andamos por emociones), pues así, no podemos andar por fe (en la fe de Dios). Te repito, las emociones son fantásticas, le dan sabor a la vida, inclusive, nos entretienen; sin embargo, cuando se trata de andar por fe "sino pelamos el ojo", las emociones, por lo que sentimos en el momento, nos llevaran a desenfocarnos y entonces viene satanás, y nos roba el mandado. Presta atención a la voz de tus emociones y a la voz de Dios, en toda situación; indistintamente de como te sientas, escoge la voz de Dios y eso Remanente, es andar por fe.
Dios los bendiga.
JAMES TOMÁS APARICIO
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